- Párpados de oveja marinados en té caliente. Pócima que utilizaban los emperadores chinos para satisfacer a sus decenas de esposas.
- Sangre menstrual. Se bebía en la Alemania del siglo XVIII.
- Sesos de mono recién extraídos. Afrodisíaco que aún se emplea en Tailandia.
- Excrementos de sapo. Fue usado en una ocasión por Madame de Montespan para aumentar la fogosidad de Luis XIV.
- Testículos de león.
- Penes y escrotos de los enemigos caídos en el campo de batalla. Práctica fecuente entre los ndios cubeos, de Brasil.
- Testículo de delfín. Son muy apreciados en Japón.
- Excrementos de serpiente. Se empleaban como pócima amorosa durante la Edad Media en Inglaterra.
- Hormonas animales. Para aumentar la libido de Adolf Hitler, el doctor Theodore Morell inyectó al dictador un cóctel de hormonas extraído de genitales de animales.
- Guindillas, especias picantes y arsénico.
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