Veo mucha gente pero a muy pocas personas.

Bienvenido.

Soy Doctor en Ciencia Infusa. Tengo un Máster en Ciencia Confusa y soy ingeniero en Ciencia Difusa. Parto de la premisa de que mi visión del Universo es única y yo, solamente yo, puedo verlo desde mi perspectiva. De modo que soy intransferible, indispensable y no retornable. Ahora bien trato siempre que puedo ver las perspectivas de los demás y hacerme una idea más amplia.

De todo lo que hay aquí no falta de nada y de todo lo que falta es que no está que también hay que explicarlo todo. Esto es, que todo lo que aquí hay es copiado, reinterpretado y nuevamente escrito ampliándolo en la medida de lo posible, que con mis conocimientos del mundo será algo bastante exiguo. -¡Pero, oye, es gratis y no hay propaganda!.

Sin embargo a pesar de mi manifiesta misantropía esta página solo busca entretener y quizá exponer temas que me han resultado interesantes y que muchos han sido repetidos una y mil veces y de otros que no encuentro información alguna. No me extiendo más, pasen, lean y entreténganse....o no, -me da lo mismo-.

Maneo nemini.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Musica celestial.


Antiguamente fue un tema muy debatido el de la existencia o no de dos clases de música: la instrumental, que todos conocemos y escuchamos, y la celestial o música de las esferas, inaudible para los sentidos. Ésta última venía determinada por la velocidad y la distancia de los astros. Se llegó a afirmar que las 7 notas de la escala musical se correspondían con 7 planetas del sistema solar, y que la docena de consonancias o series de acordes tenían su equivalente en los 12 signos del zodíaco.

Poco a poco, las hipótesis que defendían la existencia de una música celestial se fueron al traste, si bien la expresión, como tal, vino a perpetuarse por vanas aquellas promesas que se hacen envueltas en palabras sonoras y engañosas.

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