Veo mucha gente pero a muy pocas personas.

Bienvenido.

Soy Doctor en Ciencia Infusa. Tengo un Máster en Ciencia Confusa y soy ingeniero en Ciencia Difusa. Parto de la premisa de que mi visión del Universo es única y yo, solamente yo, puedo verlo desde mi perspectiva. De modo que soy intransferible, indispensable y no retornable. Ahora bien trato siempre que puedo ver las perspectivas de los demás y hacerme una idea más amplia.

De todo lo que hay aquí no falta de nada y de todo lo que falta es que no está que también hay que explicarlo todo. Esto es, que todo lo que aquí hay es copiado, reinterpretado y nuevamente escrito ampliándolo en la medida de lo posible, que con mis conocimientos del mundo será algo bastante exiguo. -¡Pero, oye, es gratis y no hay propaganda!.

Sin embargo a pesar de mi manifiesta misantropía esta página solo busca entretener y quizá exponer temas que me han resultado interesantes y que muchos han sido repetidos una y mil veces y de otros que no encuentro información alguna. No me extiendo más, pasen, lean y entreténganse....o no, -me da lo mismo-.

Maneo nemini.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Chivo expiatorio.


El origen del modismo proviene del Antiguo Testamento, concretamente del Levítico, tercer libro del Pentateuco de Moisés que se ocupa de los sacrificios, ceremonias y oficios levitas.


Entre los antiguos judíos era práctica ritual que en la fiesta anual de la expiación se condujese un chivo ante el Sumo Sacerdote. Éste extendía las manos sobre la cabeza del macho cabrío- el Azabel-, imputándole todos los pecados e iniquidades del pueblo israelita. Tras esta ceremonia, el animal era expulsado del territorio hacia el desierto, en el valle de Tofet, donde la gente le perseguia entre gritos y pedradas.


Por analogía, entre nosotros se denomina chivo expiatorio a quel sobre quien se hace recaer toda la culpa de una falta colectiva.

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