Veo mucha gente pero a muy pocas personas.

Bienvenido.

Soy Doctor en Ciencia Infusa. Tengo un Máster en Ciencia Confusa y soy ingeniero en Ciencia Difusa. Parto de la premisa de que mi visión del Universo es única y yo, solamente yo, puedo verlo desde mi perspectiva. De modo que soy intransferible, indispensable y no retornable. Ahora bien trato siempre que puedo ver las perspectivas de los demás y hacerme una idea más amplia.

De todo lo que hay aquí no falta de nada y de todo lo que falta es que no está que también hay que explicarlo todo. Esto es, que todo lo que aquí hay es copiado, reinterpretado y nuevamente escrito ampliándolo en la medida de lo posible, que con mis conocimientos del mundo será algo bastante exiguo. -¡Pero, oye, es gratis y no hay propaganda!.

Sin embargo a pesar de mi manifiesta misantropía esta página solo busca entretener y quizá exponer temas que me han resultado interesantes y que muchos han sido repetidos una y mil veces y de otros que no encuentro información alguna. No me extiendo más, pasen, lean y entreténganse....o no, -me da lo mismo-.

Maneo nemini.

domingo, 18 de febrero de 2007

Galfarro.

Se llamó así al sujeto ocioso y, en general, a todo aquel que rehúye el trabajo. También se dijo "galfarrón" al ratero o ladronzuelo. Es voz utilizada en sentido figurado, teniendo en cuenta la primero acepción del término: gavilán, ave de rapiña. El autor de La pícara Justina, Francisco Lopez de Úbeda (1605), coloca al galfarro en la siguiente lista de personas indeseables: "Entre los estudiantes, galfarros, barberos, mesoneros, bigornios, pisaverdes, mostré mi entorno sin poder alguno medir lanzas iguales". Es un término que proviene del verbo' garfiñar'= hurtar. De uso frecuente a finales del siglo XVI, derivación parecida a la que aduce Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua, de 1611.

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