- Peter Kürten ,el Vampiro de Dusseldorf.
Año: 1913-1930.
Crimenes: 8 asesinatos y 14 asaltos sexuales.
Perfil: Niño maltratado. Sádico, torturaba a sus victimas, bebia su sangre y quemó viva a una de ellas. Sólo llegaba al orgasmo causando dolor. Antes de ser decapitado dijo: -Mi mayor deseo sería oir mi propia sangre goteando sobre el cesto-.
- Richard Ramirez, El merodeador nocturno.
Año: 1984-1985.
Crímenes: 14 asesinatos, 5 intentos de homicidio y 9 violaciones.
Perfil: Difícil de clasificar. Sus víctimas eran variadas en sexo, raza y edad. Violó a mujeres que dejó vivas y mató a personas de las que abusó sexualmente. A veces planeaba sus delitos; otras era descuidado. Se dice que proclamó: -¡Legiones de la noches! ¡Razas de la noche! No repitais los errores del merodeador nocturno y no concedáis clemencia. Seré vengado. Lucifer está con nosotros-.
- Albert Fish, El abuelo asesino.
Año: Desde finales del siglo XIX hasta 1935.
Crímenes: Confesó abusos sexuales a más de 100 niños y 15 asesinatos.
Perfil: Se cree que era psicótico, Fish buscaba continuamente nuevas sensaciones. Así, obligó a muchas personas a ser cropófagas, su comportamiento era extremadamente sádico con los niños y redactó una terrible carta en la que describía cómo una madre se comió a su hijo.
Lugar: Estados Unidos.
Año: 1960-1980.
Crímenes: Se probaron 11 crímenes y algunas violaciones.
Pefil: Fue condenado por el asesinato y violación de su madre. Después, salió de la cárcel, se unió a Ottis Toole y juntos de dedicaron a practicar la necrofilia, la pederastia y la piromania con personas vivas. Estaban empeñados en achacarse delitos y perversiones, y sus declaraciones siempre fueron delirantes.
- Andrei Chikatilo, El carnicero de Rostov.
Año: 1978-1990.
Crímenes: Sospechoso de 36 crímenes, acabó confesando 53. Mezcló sexo y sadismo, desmenbramiento y canibalismo. Su marca: la mutilación de los ojos.
Perfil: Desde adolescente tuvo problemas de erección y se refugió en el dogmatismo comunista extremo. Experimentaba con sus víctimas una sexualidad sádica con la que desahogaba su rabia y a la que se hizo adicta.