
Durante la Guerra del Golfo de 1991, la Brigada de Fuerzas Especiales saudí ayudó a las de la coalición aliada a defender instalaciones vitales de posibles ataques terrestres. Se cree que también estuvo implicada en la expulsión de las fuerzas iraquíes de la ciudad de Kuwait, aunque esto se ha negado siempre. Es una brigada bien instruida y equipada para la guerra moderna y, como el lógico a defender a su país de cualquier amenaza terrerista o convencional.
Entre las armas que usa están el subfusil HK MP5, el fusil de asalto M 16 A2 con el lanzagranadas M203 Minimi SAW y la escopeta Remington M870.



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