Uno de los animales más peligrosos del planeta es el cocodrilo marino crocodylus porosus. Este reptil de hasta 7 metros de largo, posee potentes mandíbulas, en cada una de las cuales se asientan entre 64 y 68 dientes cónicos de gran tamaño, y la mordida más potente del reino animal, capaz de ejercer una presión de 1.700 kilos.
Caza al acecho, el reptil permanece casi completamente sumergido y únicamente sobresale la nariz y los ojos. Detectada la presa, buecea hasta ella y emerge agarrándola con sus fauces. En 2003, un ejemplar mató así a un joven australiano y obligó a otros a estar 22 horas subidos a un árbol.

Resulta tan voraz que en los estuarios donde habita hay carteles que advierten a los excursionistas que no limpien pescado cerca del agua, que no se metan dentro del río a pescar y no tiren las raspas al curso fluvial.
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