Veo mucha gente pero a muy pocas personas.

Bienvenido.

Soy Doctor en Ciencia Infusa. Tengo un Máster en Ciencia Confusa y soy ingeniero en Ciencia Difusa. Parto de la premisa de que mi visión del Universo es única y yo, solamente yo, puedo verlo desde mi perspectiva. De modo que soy intransferible, indispensable y no retornable. Ahora bien trato siempre que puedo ver las perspectivas de los demás y hacerme una idea más amplia.

De todo lo que hay aquí no falta de nada y de todo lo que falta es que no está que también hay que explicarlo todo. Esto es, que todo lo que aquí hay es copiado, reinterpretado y nuevamente escrito ampliándolo en la medida de lo posible, que con mis conocimientos del mundo será algo bastante exiguo. -¡Pero, oye, es gratis y no hay propaganda!.

Sin embargo a pesar de mi manifiesta misantropía esta página solo busca entretener y quizá exponer temas que me han resultado interesantes y que muchos han sido repetidos una y mil veces y de otros que no encuentro información alguna. No me extiendo más, pasen, lean y entreténganse....o no, -me da lo mismo-.

Maneo nemini.

domingo, 17 de junio de 2007

Fiebre. 17

La química de nuestro cuerpo está calibrada para funcionar dentro de un rango de temperaturas que va de los 36,5 a los 37,5 grados. Ante la presencia de un agente patógeno, como un virus o una bacteria, el sistema inmunológico ordena al hipotálamo, la estructura del cerebro que actúa como un termostato, que suba la temperatura corporal, para así dañar la actividad biológica del enemigo.

Es lo que comúnmente se conoce como fiebre, que , en principio, no es otra cosa que un mecanismo de defensa que activa nuestro cuerpo. Ahora bien, si por algún motivo el organismo hace que el termostato se dispare por encima de los 41 o los 42 grados centígrados, lo que en principio era una estrategia defensiva se vuelve ahora contra el organismo y puede resultar mortal.